95 x 95 cm
2022
100x 100 cm
2022
100x 100 cm
2022
100x 100 cm
2022
100x 100 cm
2022
100x 100 cm
2022
40x 40 cm
2022
40x 400 cm
2022
39 x 25 cm
2021
39 x 25 cm
2021
Para la artista, la pintura ha sido un oficio de dualidades, se descubre y se oculta a través del color, de la mancha y las formas. Ha sido meditación, reflexión, un examen que somete lo observado para ser minucioso, y que obliga de alguna forma a recrear las sensaciones que se atraviesan en el instante en el que se decide detener la caminata para ponerse casi a nivel del suelo a mirar; mirar cómo la luz crea lo sublime en una pequeña hoja, en unos hilillos de musgo, haciendo resplandecer el color. Esa luz, aunque fugaz, posee un sentido de perpetuidad, de modo que la vida queda suspendida en esa fracción de espacio-tiempo. Ahí, justo ahí, se concibe una verdad: cada pequeña porción de tierra que da existencia al matorral es contenedora de historia, vida y muerte, y me contiene a mí, en esencia y sustancia.
En la serie Matorrales, las piezas están inspiradas de las experiencias de los espacios habituales, los bosques que rodean su hogar de siempre y que ha recorrido durante buenos años. Andarlos tanto ha hecho que la sensibilidad se haga meticulosa y llegue a los rincones oscuros, que el cambio más mínimo se haga evidente y se despierte la curiosidad por nuevos descubrimientos: se ha perdido y se ha hallado en ellos. “El paseante es una especie de reflejo del lugar que recorre, aunque es cierto que su estado de ánimo también tiene una influencia determinante en lo que puede ver”. Le Breton