El efecto electromagnético se hace presente
en la selección de piezas para esta ocasión.
Si la teoría de creación es cierta,
hubo una explosión tras otra.
La colisión entre cuerpos celestes
creó fuerzas centrífugas y centrípetas.
Lo que concierne a la forma del planeta,
al mismo tiempo que su mecanismo de función,
se ha acumulado en su profundo interior
una gran fuerza electromagnética.
Bajo el efecto de la gravitación
las cosas parecen caer al suelo,
pero realmente el core de la tierra
que atrae los objetos a su alrededor,
funciona como un núcleo electroimán.
Los patos de Nicolás que fueron cazados,
derribados y colocados de manera decorada.
Listos y horneados para exhibición o cena.
Y al mismo tiempo hechos en cerámica,
con una fragilidad y brillo apetecibles.
La escala también es un factor
que cambia la ecuación de Newton,
ya que la aceleración gravitacional
se mide en metros por segundo al cuadrado.
Observando los videos de Sonia
rezo por la seguridad laboral de esos sujetos.
Los veo frágiles y pequeños sobre esos paisajes.
Pienso en las condiciones para producir esa escala humana,
la cantidad de oxígeno invertido en ese fenómeno evolutivo,
en una atmósfera que permanece gravitacionalmente
y en un terreno que los mantiene vivos.
El ego humano agrandado dice
que solo este aprovecha la gravedad,
por medio de prácticas como la arquitectura y la escultura,
y que somos los únicos que podemos hacerlo,
pero eso no es del todo verdad.
Es común entre animales
como varios tipos de pájaros,
que construyen sus propias casas
con ramas, hojas, saliva y algunas alhajas,
con diseños similares a los nidos de Melissa
en forma de gotas que caen redondas hacia abajo
y se adelgazan en su recorrido hacia la punta de arriba.
El sol propulsa con su fuerza electromagnética
un sistema planetario que aparece cíclico,
pero tiene un movimiento semi-espiralado;
que parece lento pero va a toda velocidad;
y que ha mantenido las cosas como están,
así que sin la gravedad estaríamos perdidos.
Bajo un sol caliente e imantado
que ilumina y seca la atmósfera
La tardígrada gigante que tejió Erika
camina con su peso bajo los graves efectos.
Usando sus propias patas para impulsarse,
al lado de su compañera armadillo:
un ser mutante de otra especie,
en un desierto rosa y amarillo,
pareciera que hasta el color mismo
atiende exigencias del electromagnetismo.
La fuerza de nueve punto ocho
dio pie para nuestra existencia
y acerco lo suficiente
a las partículas en el aire
y los elementos químicos,
creando unidades y seres
que parecen ser individuos,
y son atraídos hacia ella.
En los falsos fluidos de Andrés
se representa el flujo de líquidos,
que transitan ayudados por la gravedad.
Las sustancias se mezclan en los órganos,
son consumidos o son desechados,
por cualquier agujero del cuerpo,
llámese poro, ojo, boca, nariz, genital o ano,
volviendo a hacer parte del suelo extenso.
Los líquidos se vuelven a evaporar,
sus partículas las mueve el viento
para conformar nuevas nubes
y volver a caer más tarde.
A cambios lunares como los retratados por Susana
los líquidos también pueden reaccionar
ya que la luna posee en su centro
su propio campo magnético
que afecta hasta las mareas,
y por eso los navegantes,
ven la luna cuando salen a altamar.
Las cosas en cámara lenta
bajo la gravedad reducida de la luna,
cuando se desplazan parecen volar.
Aunque su esfera se vea tan cerca
llegar allí solo puedo imaginar.
De la atmósfera terrestre
sólo las ondas de radio
y una que otra nave
se permiten escapar.
Para comunicarnos con el espacio
hay que saber hablar con uno mismo,
o al menos con la cámara de vigilancia,
como lo hizo Julián con un espejo,
haciendo señas en un código propio,
redireccionando la luz y su reflejo.
Hasta las máquinas con sus carcasas,
sucumben ante el paso del tiempo.
La física las lleva a la decadencia
cayendo al piso temprano o luego.
Incinerar la máquina como lo hizo Valentina
la modifica? La dignifica? la momifica?
el calor la tuerce, el fuego la calcifica.
tceniza gris de materiales semiconductivos,
la vuelven cadáver de vapores tóxicos,
y llegan a convertirse en una nube
que tiende a llover luego.
En representaciones,
en dibujos y animaciones.
A través de la magia del cine,
en los registros espaciales,
en los efectos audiovisuales,
y las simulaciones de los videojuegos
la gravedad e ingravidez se muestran
frente a nuestra mirada sospechosa.
Los invasores de María Isabel amenazan
con un ritmo logarítmicamente creciente,
que comienza en cero y lentamente
llega a la mayor velocidad.
Pero para llegar a uno
antes tienen que pasar
por la mitad del cuadro
y la mitad de esa mitad.
Para caer desde un quinto piso
hay que pasar por el segundo, tercero y cuarto,
la primera vez para subir y la segunda para bajar.
Una tierra sin centro como la de Bianca
es una imagen imposible o improbable.
Tal vez ese núcleo está allí
girando a velocidades insólitas,
porque hasta la luz se curva
y a nuestra vista evade.
Las arrugas gravitacionales llegan con la edad,
bajo el rigor de los días, de los modos y de las formas,
según se trate el cuerpo y se trate a los demás.
Los gestos de la cara tienden hacia el piso,
produciendo un efecto de tristeza
que el lifting sólo retrasará.
Carlos Bonil.